dc.description.abstract | La ciudad de Junín de los Andes se localiza en el
sector norte de los Andes Patagónicos (71°10´-
71°5´O y 39°55´-40°00´S), en la provincia del Neuquén
(figura 1). Esta ciudad ha experimentado un
sostenido crecimiento poblacional en las últimas décadas,
casi duplicando su población en las tres décadas
pasadas, hasta alcanzar casi 12.000 habitantes
en el censo del 2001. El ejido municipal tiene una
gran extensión que supera largamente la zona actualmente
urbanizada, llegando por el sur a la desembocadura
del lago Lolog y por el norte, la del lago
Huechulaufquen. Este aumento de la población ha
implicado un avance progresivo sobre todo el ámbito
del Municipio. En líneas generales, la urbanización
ha tenido un carácter desordenado por lo que
actualmente se han generado numerosos problemas
ambientales al ocuparse terrenos poco aptos.
Los Andes Patagónicos se extienden entre los
37° y 55° S y comprenden el sector occidental de
las provincias del Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa
Cruz y Tierra del Fuego. La zona en la que se sitúa
Junín de los Andes posee una gran belleza escénica
y valor natural, constituye uno de los principales destinos
turísticos de la Argentina, tanto para el turismo
nacional como internacional. El crecimiento y desarrollo
de la ciudad está íntimamente relacionado con
la creación y expansión del Parque Nacional Lanín.
Junín de los Andes se ubica en el Departamento
de Huiliches y es su cabecera. Incluye algunos pequeños
aglomerados de población en las cercanías
de los lagos Lolog, Paimún y Huechulaufquen. Posee
gran importancia como centro de radiación de
rutas y caminos hacia los principales sectores turísticos,
los que incluyen además de los antes aludidos
la zona del volcán Lanín y el lago Tromen, y la ruta
que va hacia el paso internacional con Chile en la
zona de este último. Asimismo, se encuentra en el
camino de acceso a San Martín de los Andes y la
Ruta de los Siete Lagos que se extiende por el sur
hacia Villa Traful y Villa la Angostura.
A Junín de los Andes se accede desde las ciudades
de Neuquén y Zapala, a partir de la convergencia
de ambas rutas en la zona de Rinconada previo
al cruce del río Collón Cura. Asimismo, se puede
llegar desde Aluminé, mediante la ruta que empalma
con el camino que va hacia el paso internacional.
Finalmente, es posible acceder desde San Martín de
los Andes por el sur y de la zona de Caleufu.
La localización de asentamientos humanos, su
estructura interna y funcionamiento están fuertemente
influenciados por los factores ambientales y, particularmente,
por la configuración del terreno. El
manejo poco efectivo de las tierras en zonas urbanas
resulta en una generalizada degradación de suelos,
agua y paisaje, ocupación de áreas riesgosas,
pérdida de espacios verdes y de tierras agrícolas.
El crecimiento desordenado y sostenido de la
ciudad en el último siglo, ha tenido lugar en general
sin el establecimiento de pautas de ordenamiento
territorial que tuvieran en cuenta las particularidades
del medio físico. El crecimiento experimentado
por Junín de los Andes en las últimas décadas, las
propias características socio-económicas de la misma
y las del medio natural, han resultado en la existencia
de importantes problemas ambientales, algunos
de difícil solución. Ejemplo de esta falta de previsión
es la ocupación de zonas anegables (planicies
de inundación y mallines).
En las últimas décadas, ante la existencia de una
creciente presión antrópica sobre el medio natural y,
paralelamente, un mayor grado de conocimiento de
las causas y efectos de los diferentes riesgos geológicos,
éstos han comenzado a tener mayor influencia
en la determinación de políticas y prioridades para
inversiones o emprendimientos económicos en general
y en la fijación de pautas de ocupación del territorio.
La planificación aparece como una herramienta
adecuada para orientar y organizar el desarrollo equitativo
y sustentable de un territorio y la población
que lo ocupa. Por su lado, el ordenamiento territorial
significa disponer, con orden, la ocupación y usos
del territorio según la mayor o menor aptitud de los
diferentes elementos constitutivos del territorio respecto
a ellos. Implica, en la práctica, orientar mediante
normativas la localización de las actividades
en contraposición a la distribución espontánea
imperante, motorizada por las leyes del mercado.
Sobre la base de estrategias de crecimiento y
desarrollo económicos definidas a priori por las diferentes
instancias de Gobierno, los planes de ordenamiento
territorial deben procurar: a) adaptar las
actividades a las capacidades de acogida del medio
físico frente a cada una de las actividades socioeconómicas,
b) optimizar las interacciones entre las
diversas actividades a localizar y c) tender a una
utilización múltiple del territorio en el cual se garantice
la superposición de actividades compatibles y
complementarias en el tiempo y en el espacio.
En el presente estudio se han enfatizado los aspectos
vinculados a la urbanización, dados los requerimientos
hechos oportunamente por el Municipio.
Consecuentemente, los objetivos del ordenamiento
son la utilización racional del territorio que
permita una gestión responsable y sustentable de los
recursos naturales y un desarrollo socio-económico equilibrado. Esto resultará en la preservación del
medio físico y una mejora de la calidad de vida.
El análisis territorial (también conocido como
diagnóstico territorial), que es donde se focaliza
esta contribución, se orienta a comprender el funcionamiento
de los sistemas naturales, su incidencia
en los procesos económico-sociales, culturales
y ambientales y las repercusiones territoriales
de los mismos. En tal sentido incluye la caracterización
del medio físico, el análisis de los usos del
suelo y la ocupación del territorio. Los principales
factores tomados en cuenta dentro del primero son
la geología, el relieve y la morfodinámica
(geomorfología), las características climáticas, el
suelo, las aguas (tanto superficiales como subterráneas),
la calidad del aire, así como los componentes
del medio biótico (vegetación y fauna). Se
consideran especialmente aquellos aspectos
(bióticos y abióticos) que hacen a la configuración
del paisaje y que permitan su valoración. La
identificación y delimitación de Unidades de paisaje
homogéneas es el fin último de esta etapa del
trabajo ya que las mismas constituyen la base espacial
de las acciones a realizar.
El estudio del medio físico debe incluir, además
de un inventario, la valoración del mismo desde el
punto de vista de la conservación, el análisis de la
degradación del mismo, los peligros naturales y la
determinación de los usos más adecuados, plasmados
en la identificación de las capacidades de acogida
del medio.
Los factores geoambientales que juegan un papel
importante en el desarrollo de las ciudades pueden
ser englobados en tres grandes grupos: 1) las
geoformas, 2) los procesos geomorfológicos y 3) las
condiciones del suelo y del subsuelo. Dentro del primer
grupo son, especialmente las características
morfográficas y morfométricas, los principales aspectos
a considerar, entre los que destacan la situación
geográfica, la distribución espacial, la forma del
relieve como relieve relativo, grado de disección,
orientación, ángulos de las pendientes y el tamaño
de las geoformas. Estos elementos influyen, entre
otras funciones, en el transporte, la necesidad de
movilizar materiales para nivelaciones, la mayor o
menor concentración poblacional en áreas de menor
relieve, etc. Dentro del segundo grupo, se enmarcan
los relacionados con los diferentes riesgos
naturales. Finalmente, el tercer grupo de factores se
relaciona con los aspectos esencialmente
geotécnicos, ingenieriles y de recursos minerales
necesarios para la construcción.
Numerosos peligros naturales tienen lugar en la
región, la cual exhibe una marcada fragilidad frente
a acciones antrópicas. Las inundaciones y la inestabilidad
de pendientes son los principales factores de
peligrosidad natural, mientras que la degradación del
paisaje, de la vegetación y de los suelos, junto con
los incendios y la contaminación de aguas y suelos
aparecen como peligros de tipo mixto (naturalantrópico).
Fruto de un convenio entre el Servicio Geológico
Minero Argentino (SEGEMAR), la Municipalidad
de Junín de los Andes y la Dirección de Minería
de la Provincia del Neuquén se presentan en este
informe los resultados de los trabajos efectuados,
que consistieron en la realización de una cartografía
geoambiental. La misma, constituye una herramienta
de ordenamiento en el futuro crecimiento urbano
de la ciudad, con el doble propósito de la preservación
del ambiente y evitar daños y peligros para la
localización de la población y futuras inversiones y
emprendimientos.
Los trabajos se han ejecutado en dos etapas, en
la primera se analizaron las características más relevantes
del medio físico (clima, geología,
geomorfología, vegetación, suelos, usos del territorio,
pendientes e hidrología-hidrogeología) en relación
con la ocupación del territorio, reconociéndose
los principales factores de peligrosidad natural. En
la segunda etapa, sobre la base de los resultados
obtenidos en la primera, se ha llevado a cabo una
división del territorio en unidades ambientales y, en
función de las mismas se examinaron los factores
de peligrosidad mixta (antrópica-natural) y la aptitud
del territorio para la urbanización. | es_AR |