dc.description.abstract | La ciudad de Rincón de los Sauces se localiza en
el sector norte de la provincia de Neuquén en el sector
de transición entre los Andes Patagónicos y la Patagonia
extraandina, 68º50'O y 37º30'S aproximadamente
(Fig. 1). Esta ciudad ha experimentado un sostenido
crecimiento poblacional en las últimas décadas, casi
duplicando su población en las tres décadas pasadas,
hasta alcanzar casi 20.000 habitantes en el censo del
2010. El presente trabajo es resultado de un convenio
firmado entre la Municipalidad de Rincón de los Sauces
y el SEGEMAR, en el año 2012. El aumento de la
población ha implicado un avance progresivo sobre
todo el ámbito del Municipio. En líneas generales, la
urbanización ha tenido un carácter desordenado por
lo que actualmente se han generado numerosos problemas
ambientales al ocuparse terrenos poco aptos.
La región de Rincón de los Sauces se encuentra
estrechamente asociada al desarrollo de la explotación
petrolera en la zona norte de la provincia del
Neuquén y en los sectores aledaños de Mendoza. En
los últimos años han comenzado a explorarse otras
alternativas de desarrollo para la región, entre las
que destacan la minería, el turismo y la producción
de cultivos de alto rendimiento económico. Esta situación
presupone a la vez interesantes perspectivas
y nuevos desafíos en relación al uso racional del espacio.
Rincón de los Sauces se ubica en el Departamento
de Pehuenches. Se accede desde la ciudad de Neuquén
a partir las Rutas provinciales 7 y 5, se comunica con
Buta Ranquil al oeste y Catriel al este por la Ruta provincial
6. Desde Buta Ranquil se accede a la Ruta nacional
40 y mediante la misma se puede pasar a Mendoza
por Barrancas y, hacia el sur, en Neuquén, se accede
a Chos Malal y Zapala. Las localidades más cercanas
son Pata Mora y Puesto Hernández.
El crecimiento desordenado y sostenido de la ciudad
en el último siglo, ha tenido lugar en general sin el
establecimiento de pautas de ordenamiento territorial
que tuvieran en cuenta las particularidades del medio
físico y las características socio-económicas del mismo.
Consecuentemente, han resultado en la existencia
de importantes problemas ambientales, algunos de
difícil solución. Ejemplo de esta falta de previsión es
la ocupación de zonas anegables (planicies de inundación
y mallines).
En las últimas décadas, ante la existencia de una
creciente presión antrópica sobre el medio natural y,
paralelamente, un mayor grado de conocimiento de
las causas y efectos de los diferentes riesgos geológicos,
éstos han comenzado a tener mayor influencia en
la determinación de políticas y príoridades para inversiones
o emprendimientos económicos en general
y en la fijación de pautas de ocupación del territorío.
Sobre la base de estrategias de crecimiento y desarrollo
económicos definidas a príori por las diferentes
instancias de Gobierno, los planes de ordenamiento
territorial deben procurar: a) adaptar las actividades
a las características del medio físico frente a
cada una de las actividades socio-económicas, b) optimizar
las interacciones entre las diversas actividades
a localizar y c) tender a una utilización múltiple
del territorío en el cual se garantice la superposición
de actividades compatibles y complementarias en el
tiempo y en el espacio.
En el presente estudio se han enfatizado los aspectos
vinculados a la urbanización, dados los requerimientos
hechos oportunamente por el Municipio.
Consecuentemente, los objetivos del ordenamiento son
la utilización racional del territorío que permita una
gestión responsable y sustentable de los recursos naturales
y un desarrollo socio-económico equilibrado.
Esto resultará en la preservación del medio físico y
una mejora de la calidad de vida.
El análisis territorial (también conocido como
diagnóstico territorial), que es donde se focaliza esta
contribución, se orienta a comprender el funcionamiento
de los sistemas naturales, su incidencia en los procesos
económico-sociales, culturales y ambientales y
las repercusiones territoriales de los mismos. En tal
sentido incluye la caracterización del medio físico, el
análisis de los usos del suelo y la ocupación del territorío.
Los principales factores tomados en cuenta dentro
del primero son la geología, el relieve y la morfodinámica
(geomorfología), las características climáticas,
el suelo, las aguas (tanto superficiales como subterráneas),
así como los componentes del medio biótico
(vegetación y fauna). Se consideran especialmente
aquellos aspectos (bióticos y abióticos) que hacen a
la configuración del paisaje y que permitan su valoración.
La identificación y delimitación de Unidades de
paisaje homogéneas es el fin último de esta etapa del
trabajo ya que las mismas constituyen la base espacial
de las acciones a realizar.
El estudio del medio físico debe incluir, además
de un inventarío, la valoración del mismo desde el
punto de vista de la conservación, el análisis de la
degradación del mismo, los peligros naturales y la
determinación de los usos más adecuados, plasmados
en la identificación de las capacidades de acogida
del medio.
Los factores geoambientales que juegan un papel
importante en el desarrollo de las ciudades pueden
ser englobados en tres grandes grupos: 1) las
geoformas, 2) los procesos geomorfológicos y 3) las
condiciones del suelo y del subsuelo. Dentro del primer
grupo son, especialmente las características
morfográficas y morfométricas, los principales aspectos
a considerar, entre los que destacan la situación
geográfica, la distribución espacial, la forma
del relieve como relieve relativo, grado de disección,
orientación, ángulos de las pendientes y el tamaño
de las geoformas. Estos elementos influyen, entre
otras funciones, en el transporte, la necesidad de
movilizar materiales para nivelaciones, la mayor o
menor concentración poblacional en áreas de menor
relieve, etc. Dentro del segundo grupo, se enmarcan
los relacionados con los diferentes riesgos naturales.
Finalmente, el tercer grupo de factores se relaciona
con los aspectos esencialmente geotécnicos,
ingenieriles y de recursos minerales necesaríos para
la construcción.
Numerosos peligros naturales tienen lugar en la
región, la cual exhibe una marcada fragilidad frente
a acciones antrópicas. Las inundaciones y la inestabilidad
de pendientes son los principales factores de
peligrosidad natural, mientras que la degradación
del paisaje, de la vegetación y de los suelos, junto con los incendios y la contaminación de aguas y suelos
aparecen como peligros de tipo mixto (naturalantrópico). | es_AR |