Tucumán
Date
2002Auteur
Pereyra, Fernando Xavier
Lutz, María Ana
Valladares, Hildebrando
Fernández, Diego Sebastián
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La carta de peligrosidad resulta de la combinación cualitativa y ponderada de una
serie de mapas temáticos, combinados con información climática regional, sísmica
y de ocupación y uso del territorio, sumado al inventario de procesos naturales
activos y procesos riesgosos históricos que hayan provocado daños en obras de
infraestructura o causado pérdidas de vida. La hoja Tucumán a escala 1:250000 se
encuentra comprendida entre los paralelos de 26°-27°S y los meridianos de 64°30´-
66°W. Desde el punto de vista climático, la zona estudiada muestra un marcado
gradiente en sentido este-oeste. En el sector oriental las precipitaciones oscilan
alrededor de 700 mm, con un balance hídrico estacional negativo. Hacia la parte
centro-oriental, por efecto orográfico tienen lugar las máximas precipitaciones con
valores cercanos a los 1200 mm y una marcada estacionalidad que, durante los
meses de noviembre-febrero producen lluvias intensas y torrenciales con un
aumento del escurrimiento superficial y por consiguiente de las inundaciones. Hacia
el oeste, las precipitaciones disminuyen bruscamente y en la zona de los Valles
Calchaquíes, son inferiores a los 200 mm anuales.
Se realizó un mapa de Litología sobre la base de la Carta Geológica Tucumán
(González y otros, 1999) adoptándose un criterio de integración de las diferentes
formaciones reconocidas para la región según sus litologías dominantes, edades y
comportamiento mecánico frente a potenciales procesos. De tal forma, fueron
diferenciadas 7 Unidades litológicas: 1) Basamento Cristalino, 2) Sedimentitas
cretácicas, 3) Sedimentitas terciarias, 4) Depósitos fluviales cuaternarios, 5)
Cobertura de pedimentos, 6) Sedimentos loéssicos y 7) Depósitos de bajadas. La
susceptibilidad de cada una de ellas frente a los procesos erosivos y la remoción en
masa es variable (tabla 3). La zona presenta una sismicidad importante, con sismos
registrados de magnitud 8 en épocas recientes. Al impacto propio debido al
terremoto debe sumarse el efecto de factor disparador de los procesos de remoción
en masa de los mismos, en muchos casos de mayor impacto sobre la sociedad que
el evento sísmico en si.
Desde el punto de vista de la Geomorfología la zona estudiada muestra gran
heterogeneidad debido al marcado gradiente climático y geológico-estructural. El
sector oriental muestra el predominio del proceso eólico, el cual progresivamente va
siendo superado por la acción fluvial, dominantes en el piedemonte de las Sierras Subandinas y de las Sierras Pampeanas. En estos sectores, se forman bajadas
pedemontanas y amplios valles y terrazas fluviales asociadas a la estructuración
submeridiana de la misma (Valle de Trancas y zona centro-sur de la Hoja). Hacia el
oeste dominan los procesos erosivos y la remoción en masa, sumada a una pasada
acción glaciaria y criogénica (Sierras de Aconquija, Calchaquíes y de Quilmes).
Finalmente, en el valle de Santa María se han formado extensos niveles de
pedimento y bajadas aluviales, sumadas a localizadas pero importantes, acciones
eólicas.
La red hidrográfica presenta un colector principal en la zona central, el río Sali que
recibe numerosos tributarios provenientes de las Sierras Pampeanas y en menor
medida de Sierras Subandinas. Hacia el este la red pierde definición con el
aumento de la infiltración y de la evapotranspiración. En la zona occidental la red de
drenaje se estructura a partir de un curso fluvial principal, el río Santa María, que
recibe numerosos cursos temporarios. De todas formas, todos los cursos fluviales
exhiben regímenes marcadamente estacionales con muy altos caudales durante los
meses más cálidos. La zona del Valle de Trancas constituye una zona de recarga
de acuíferos, mientras que ciertos sectores del piedemonte proximal, cercano a la
ciudad de San Miguel de Tucumán muestra surgencia de aguas subterráneas. Por
lo demás, en el resto de la Hoja, la capa freática se encuentra generalmente muy
deprimida.
Los suelos dominantes son los Molisoles, Argiudoles, Hapludoles y Ustoles en la
zona de transición al régimen ústico, en toda la zona centro-oriental. Estos suelos
presentan epipedón mólico, con moderado grado de estructuración y contenidos
medios de materia orgánica, por lo que poseen cierto grado de resistencia a la
erosión eólica e hídrica si son adecuadamente manejados. En la zona serrana
subandina, aparecen Alfisoles y Entisoles, estos últimos dominantes en las Sierras
Pampeanas, junto con los afloramientos rocosos. La zona de Tafí del Valle si bien
presenta intergrados de Molisoles, las altas pendientes y el uso intensivo ha
significado un grado de deterioro de suelos alarmante. Finalmente, la zona de
valles Calchaquíes, posee un régimen arídico y consecuentemente Aridisoles
(principalmente Haplocambides, Haplocalcides y Haplargides) y Entisoles (Ortentes
y Psamentes), en general mucho menos resistentes a la erosión. Los Molisoles se
destinan a agricultura intensiva, fundamentalmente de caña, cítricos, cereales y
soja en el sur, y tabaco hacia el norte, en el valle de Trancas y sur de Salta. En la Carta de Peligrosidad Tucumán, se han diferenciado cuatro zonas
representando su grado de peligrosidad por colores según el esquema de
semáforo, a las que se sobreimpuso el principal proceso geomórfico actuante
causante del potencial proceso destructivo. En función de las características del
medio natural y las diversas acciones antrópicas que interactúan, se han
identificados como principales procesos a la erosión-sedimentación hídrica, la
remoción en masa, las inundaciones y la erosión hídrica y eólica de suelos. La
distribución de los mismos y el grado de incidencia relativo de cada uno de estos
procesos está de acuerdo a la gran variabilidad espacial en sentido longitudinal que
presenta la Hoja, a la que se suma una dispar distribución de la población. Así, en
el sector occidental es importante la erosión-depositación hídrica de los abanicos
aluviales procedentes de las Sierras de Quilmes y Aconquija-Calchaquí, la
remoción en masa y la erosión eólica en las planicies aluviales y terrazas de los
principales cursos fluviales. En la zona serrana, predominan los movimientos
gravitacionales y, en el Valle de Tafí, la erosión hídrica y la degradación de suelos.
Hacia el este, los procesos dominantes, causantes de potencial peligrosidad, son
las inundaciones, la erosión-depositación hídrica y la erosión eólica de suelos, esta
última en el extremo oriental. El sector pedemontano de la Sierra del Aconquija-
Calchaquí y el valle intermontano entre éstas y las Sierras Subandinas presentan la
mayor densidad poblacional y el uso más intensivo de la tierra, por lo que los
impactos potenciales son mucho mayores, así como la incidencia del factor
antrópico como causante o agravante de los procesos naturales peligrosos.
Particularmente, en la zona urbana del Gran Tucumán, la existencia de una red de
canales y la irmpermeabilización debida a la urbanización coadyuvan a que la
misma presente serios problemas durante intensas precipitaciones, situación que
se traslada también a la zona de Tafí Viejo.
Las cuatro clases definidas presentan las siguientes características: a) Zonas de
peligrosidad baja: se localizan básicamente hacia el este de la Hoja,
correspondiendo a la Planicie loéssica. Las geoformas dominantes son poligénicas,
eólicas-fluviales, los suelos se encuentran bien desarrollados y las pendientes son
bajas. Las lluvias decrecen hacia el este y por consiguiente aumentan las
posibilidades de erosión eólica de los suelos, generalmente vinculados a un uso
intensivo y no sustentable del recurso suelo. Hacia la transición con el piedemonte
de Sierras Subandinas aumentan la intensidad de la erosión hídrica y anegamientos. Las Zonas de peligrosidad media: se localizan en sector occidental
y en partes de la zona central (Valle de Trancas y zona occidental de las Sierras
Subandinas). Las formas dominantes son las bajadas y pedimentos, con suelos de
moderado a bajo grado de desarrollo edáfico y clima semiárido a árido. Los
procesos dominantes son, en la zonas serranas la remoción en masa y la erosión
hídrica y en las zonas pedemontanas, la erosión hídrica y eólica y, en sectores
aislados las inundaciones.
Finalmente, las Zonas de peligrosidad alta y muy alta: ocupan extensos sectores de
la Hoja Tucumán y se localizan básicamente en el sector centro-sur de la misma.
Las geoformas dominantes son los abanicos aluviales y las planicies y terrazas
fluviales, sumadas a sectores de bajas serranías labradas en sedimentitas
cretácicas y terciarias (muy friables). Si bien los suelos poseen cierta resistencia a
la erosión, las altas pendientes, las intensas precipitaciones localizadas espacial y
temporalmente y la alta presión de uso y ocupación implican grados severos de
degradación de suelos. La erosión hídrica aparece como el proceso dominante
sumado a las inundaciones que afectan la mayor parte de los valles fluviales del
piedemonte de Sierras Pampeanas donde precisamente se localiza el Gran
Tucumán. En este caso, la urbanización ha resultado en el incremento del
escurrimiento superficial y consecuentemente, ha agravado la extensión e impacto
de las inundaciones sumada a inadecuadas obras de canalización y ausencia de
normativas de ordenamiento territorial.
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Fernando Pereyra, Mariana Lutz, Hildebrando Valladares y Diego Fernández, 2002. Tucumán. Programa Nacional de Cartas Geológicas de la República Argentina. 1:250.000. Carta de Peligrosidad Geológica 2766-II. Provincia de Tucumán. Boletín 325. Buenos Aires, Servicio Geológico Minero Argentino. Instituto de Geología y Recursos Minerales. Dirección de Geología Ambiental y Aplicada.
Fil: Pereyra, Fernando X. Servicio Geológico Minero Argentino. Dirección de Geología Ambiental y Aplicada; Argentina.
Fil: Lutz, María Ana. Servicio Geológico Minero Argentino. Dirección de Geología Ambiental y Aplicada; Argentina.
Fil: Valladares, H. Servicio Geológico Minero Argentino. Dirección de Geología Ambiental y Aplicada; Argentina.
Fil: Fernández, D.S. Servicio Geológico Minero Argentino. Dirección de Geología Ambiental y Aplicada; Argentina.
Fe de Erratas: En el boletín impreso, el nombre de María Ana Lutz aparece como Mariana Lutz.
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